2024-04-28

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Tránsito de Mercurio 2006

Tránsito de Mercurio 2006. Foto: NASA.

El miércoles, 8 de noviembre, poco después de las3:00 p.m., hora local, ocurrió el no tan esperado (para ser franco), tránsito de Mercurio. Aunque es un evento considerado raro (no es un fenómeno que ocurra con mucha frecuencia, como los eclipses solares o lunares), el pequeño tamaño que desarrolla la silueta de este diminuto planeta sobre la faz del Sol requiere de un entusiasmo marcadamente significativo para hacer que cualquiera que lo intente observar se “arriesgue” a pasar tanto tiempo aguantando la furia de un Sol tropical. Además, requiere de un telescopio y un filtro solar apropiado. El telescopio en particular es indispensable en este caso, pues el planeta apenas es más evidente que una insignificante y ocasional mancha solar, por lo cual es imposible verlo sin la ayuda de un instrumento de este tipo. Para observación visual solamente, es recomendable un ocular de moderado aumento, pero como mi intención fue fotografiar el evento, no tuve más opción que conformarme con el aumento ofrecido por el telescopio refractor y la cámara a foco primario, es decir, casi nada. Aún así, no me puedo quejar, pues, en realidad, resultó más fácil de lo que esperaba.

Aún en noviembre, el calor del día en esta isla (Puerto Rico) se siente casi como en verano, por lo cual tuve que improvisar una barrera protectora, tanto para mí como para el telescopio. Afortunadamente, decidí quedarme en mi casa, que aunque sabía que perdería, con toda probabilidad, la última media hora de lo que observaríamos desde Puerto Rico, me aseguraba un techo donde cobijarme de vez en cuando, una fuente de agua fría constante y el beneficio de un cómodo sofá cuando así el cuerpo lo requiriera. Y fue lo mejor que hice, debo decir, pues irme a la costa por ganar algunos minutos extra hubiera sido sinónimo de sofocación, incomodidad e insolación. En ese sentido, este pasatiempo no es nada fácil, pero si uno puede suavizar el “golpe”, que así sea.

Comencé a observar a eso de las 19:10 UT, e hice la primera foto a las 19:12:02, sólo dos segundos antes de que comenzara, oficialmente, el tránsito. Durante los primeros minutos, saqué una foto cada 15 segundos, y luego cada 30 segundos. Después, bajé el tiempo al minuto, y posteriormente a intervalos más o menos regulares. La última foto la tomé a eso de las 21:11 UT, pues luego de eso el Sol quedó detrás de las usuales nubes en el horizonte a esa hora del día.

Arriba: Tiempos de los primeros dos contactos del tránsito de Mercurio, 8 de noviembre de 2006 (línea superior: primer contacto; línea inferior: segundo contacto). El tiempo que refleja cada foto es la hora en que fueron tomadas, de acuerdo al reloj de la cámara, la cual no necesariamente estaba sincronizada con algún reloj atómico (olvidé chequear ese detalle con antelación). Aún así, las horas marcadas en tiempo universal se aproximan mucho a la hora oficial en que debieron haber ocurrido los contactos, según los cálculos de la NASA. Debo añadir que tampoco estuve pendiente de tomar una foto a cada tiempo oficial, sino que el resultado fue más bien al azar. La casi coincidencia (un “error” de tan sólo dos segundos para ambos momentos) ha sido un punto a favor de la presentación. Las tomas tampoco lucen muy enfocadas porque son ampliaciones hechas con el propósito de hacer más evidente la silueta de Mercurio sobre la faz del Sol. En cada caso, las fotos fueron tomadas con un telescopio refractor apocromático de 100mm de apertura, utilizando un filtro solar de cristal y una cámara Canon 20D a foco primario.

Los tiempos para el primer y segundo contacto, según los cómputos de la NASA, para este tránsito de Mercurio serían: 19:12:04 UT y 19:13:54 UT, respectivamente. Las fotos que tomé más cercanas a esos tiempos fueron entre las 19:12:02 y las 19:12:13 para el primer contacto, y entre las 19:13:55 y las 19:14:07 para el segundo, según los tiempos registrados por la cámara digital (la cual no estaba necesariamente sincronizada con algún reloj atómico, ni nada por el estilo).

Como se podía anticipar, la silueta de Mercurio sobre el Sol se veía bien diminuta. Eso es así porque, no sólo el planeta es extremadamente pequeño, sino que también está relativamente lejos de la Tierra. Si lo comparamos, por ejemplo, con la silueta de Venus que vimos durante el tránsito de dicho planeta en el verano de 2004, sólo se puede decir que la de Mercurio es algo decepcionante. Aún así, hay que recordar que el enorme tamaño del Sol abona mucho a que el pobre Mercurio luzca como una pulga al lado de una supernaranja.

Comparación de las siluetas de Mercurio (a la izquierda) y Venus (a la derecha) durante sus respectivos tránsitos, el 8 de noviembre de 2006 y 8 de junio de 2004, respectivamente.

Por fortuna, también hubo una significativa mancha solar justo en el lado por donde iba a transitar Mercurio, obteniendo una espectacular comparación, en vivo y a todo color, entre el tamaño de un planeta y estos fenómenos del Sol, una oportunidad verdaderamente única. Si Mercurio resultó pequeñísimo —lo que no fue una sorpresa—, la presencia de la mancha le dio el toque “mágico” que le faltaba. Si me preguntan, desde mi punto de vista, esto fue más importante que el mismo tránsito de Mercurio.

Desde las 3:10 p.m. hasta las 5:15 p.m. aproximadamente, el cielo se mantuvo totalmente despejado, excepto algunas pequeñas nubes que cruzaron por el área rápidamente. A partir de las 5:15 p.m., poco más o menos, el Sol se escondió detrás de las nubes que, por costumbre, se localizan a la distancia, sobre el horizonte oeste a esa hora del día.

A pesar de las pocas expectativas que tenía de este evento, debo confesar que lo disfruté muchísimo.

Arriba: Secuencia del tránsito de Mercurio, 8 de noviembre de 2006. Por razones de espacio, sólo he añadido esta pequeña muestra fotográfica de algunos momentos clave durante el transcurso del evento, aunque en realidad logré tomar más de cien fotografías, desde las 19:10 UT aproximadamente, hasta las 21:11, que fue cuando obtuve la última. El tránsito continuó hasta la puesta del Sol —que ese día sería a las 21:50 UT, poco más o menos (desde Puerto Rico, ya que desde otros lugares continuaría hasta as 0:10 UT del 9 de noviembre)—, es decir, 39 minutos más, pero para el resto del tiempo, las usuales nubes hacia el horizonte oeste, al igual que los árboles y las montañas, bloquearon la visibilidad del resto del evento.

Las fotos fueron tomadas con un refractor apocromático de 100mm de apertura, equipado con un filtro solar de cristal y una cámara DSLR en foco primario. Pulse sobre cada una de ellas para ver una versión ampliada.

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